Una ciudad o un sueño?

Gastronomía

 

Barcelona es una ciudad con un número extraordinario de restaurantes y casas de comidas. Y si sumamos las granjas que sirven desayunos y menús de mediodía, la cifra resultante está, en proporción de habitantes, tres veces por encima de la de capitales con gran tradición turística, como París o Roma. ¿Cómo se explica esto? Básicamente, por la costumbre que los barceloneses y barcelonesas han adquirido en las últimas décadas -costumbre, pues no tradición- de comer con cierta o gran frecuencia fuera de casa. Hasta hace poco, los precios de la restauración han sido, en comparación con otras ciudades extranjeras, muy moderados, y además, ha crecido espectacularmente el número de establecimientos de comida rápida, como hamburgueserías, pizzerías y los nuevos japoneses.

Sin embargo, también existen muchos establecimientos que preparan recetas del país, además de excelentes platos catalanofranceses. Con respecto a la cocina italiana, casi todos los comedores italianos son pizzerías o trattories. No obstante, lo que falta son restaurantes de prestigio con sello alemán. Quizás, algunas personas digan que no es necesario porque el prestigio de la cocina catalana está hoy por encima del bien y del mal; lo cual es cierto, y hay que estar contentos con que se hable del país y, sobre todo, bien, pero difícilmente el público de paso se acostumbrará a una comida que no es la suya ni sigue el estilo que siempre se ha entendido como "internacional".

 

 

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